martes, 8 de julio de 2014

Salmón Ahumado Con Un Relleno Agradable.




Hablamos de otra de esas comidas que se hacen con comidas ya hechas.
Una receta fácil con unos resultados sorprendentes, especialmente indicada para los iniciados y todos los que quieran potenciar sus habilidades culinarias ocultas.

En realidad se trata de todo un clásico de la comida fácil, un déjà vu que tiene muchas referencias en bastantes recetarios y en la oferta agradable de no pocos bares vinculados al concepto de tapa llamado pincho, muy común en el norte de España, desde donde se ha exportado al resto del país.

Es una comida agradable que se adapta a cualquier circunstancia, desde un aperitivo de verano al aire libre, a una cena algo más formal. 
Sin olvidar sus posibilidades en nuestros bufés.


Los ingredientes son fáciles de encontrar de cierta calidad en nuestros comercios habituales.

El salmón ahumado es un fiambre interesante resultado de salar y ahumar este delicioso pescado para su conservación, una costumbre de los países de los hielos donde este pescado es muy abundante. 
Una comida especialmente acertada que se ha extendido por el resto del mundo.






Ya hemos nombrado a este interesante pescado en algunas recetas de este blog de sus muchas propiedades beneficiosas y las recomendaciones para su consumo.

Para acompañar a este suculento pescado elegimos uno de sus acompañantes habituales, el queso.
Necesitamos un queso graso fácil de manipular. Algún tipo de requesón o queso fresco del tipo de untar de sabor suave y neutro.
El sabor de estos quesos supone un contraste agradable con el salmón ahumado, pero este tipo de uniones viene de lejos.
Se trata de la vieja costumbre de mezclar pescados en salazón, ahumados y las propias huevas del pescado como el caviar, con crème fraîche, una especie de nata agria.
En definitiva un derivado lácteo capaz de neutralizar el posible efecto indigesto del pescado crudo. 
Una comida muy habitual en todos los países nórdicos desde Polonia a Ucrania, donde se consumen este tipo de pescados.

Ya estuvimos contando en la receta de los blinis Demidof la dificultad de encontrar esta nata agria fuera de los países propios de estos salazones, peo hay algunas formas de conseguir un sabor similar.
En esta ocasión vamos a utilizar un recurso sencillo, nos aprovecharemos del sabor interesante de dos encurtidos. Pepinillos dulces en vinagre y alcaparras.

Vamos a preparar esta interesante comida que nos trae recuerdos antiguos.


Delantal.







Utilizaremos un salmón ahumado intentando que sea lo menos salado posible. 
Hoy en día podemos encontrar algunas preparaciones más cercanas al marinado con un sabor algo más suave.

Conviene sacarlo del envoltorio y conservarlo a temperatura ambiente durante un tiempo.








Utilizaremos cualquier queso blanco de untar graso de sabor neutro,de los muchos que encontramos en nuestros comercios. 
Ya de por si este queso es ligeramente agrio, pero vamos a matizar este sabor añadiendo los encurtidos en partes iguales, alcaparras y pepinillos.

Necesitamos una procesadora para hacer con los tres ingredientes una pasta homogénea, la  reservamos.





Ahora tenemos que rellenar el salmón, es algo laborioso pero no nos debemos intimidar, resulta fácil si seguimos un proceso sencillo y el resultado merece la pena intentarlo.



Extendemos la loncha de salmón sobre una superficie limpia. Rellenamos el centro con la pasta dejando el último tercio libre.
Vamos envolviendo con algo de delicadeza hasta formar un rollito de tamaño homogéneo.




Cortamos los bordes para que quede con buen aspecto.






Ya tenemos nuestra comida lista, pero vamos a rematar con un artificio sencillo que nos ayuda a la presentación de nuestro plato.
Vamos a hacer una brida con algún vegetal, puede servirnos una tirita de puerro.




Deshacemos una lámina de nuestro puerro y cortamos una tira de un tamaño pequeño.
Envolvemos nuestro rollito con la tira y atamos con cuidado.






The End.


Es una comida perfecta para una reunión informal, podéis adaptar el tamaño y hacerlo de un solo bocado cortando los rollitos en trozos más pequeños.

Conviene mantenerlo en frío pero con cuidado de cubrirlo en el frigorífico para que no pierda su buen aspecto.




Podéis servirlo con un poco de eneldo. 
Descubriréis un contraste de sabores intensos.

Bebida, casi cualquiera.





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