miércoles, 18 de mayo de 2016

La Historia De Cómo La "Porrusalda" Llego A Ser "Vichysoise".





Esta colección de palabras que parecen un acertijo esconden una agradable sorpresa gastronómica.

La relación entre dos conocidas comidas del sur de Europa, aparentemente dispares, que posiblemente surgen de una misma preparación.
Los ingredientes comunes a ambas delatan su parentesco y su origen relacionado con antiguos guisos de marmita de verduras.

Puerros, patatas y algo de ingenio y habilidad son los protagonistas de este cuento.



La porrusalda es una conocida comida popular de la cocina rural vasca, un guiso reconfortante de puerros y patatas con un condimento de cebolla sofrita que se suele cocinar con una base de caldo de pollo.
Esta sencilla combinación puede acompañarse de otras verduras como zanahorias y calabaza.
En su deriva hacia las zonas costeras de Vizcaya el bacalao sustituye al pollo.

Una comida de una enorme sencillez llena de sabiduría, posiblemente vinculada en su origen con la Cuaresma, que ha llegado a formar parte del repertorio de la cocina cotidiana domestica de esta interesante región de España y que ha logrado traspasar las fronteras del País Vasco y relacionarse con las cocinas vecinas no menos interesantes.


Nuestro otro personaje, la vichysoise, es una crema fría tradicional de sur de Francia, una comida popular de la región de Auvernia.



En su deriva la vichysoise ha pasado a formar parte del repertorio de la cocina del mundo con todos los honores, siendo muy reconocida en la costa este de Estados Unidos.

Su origen lo desvela uno de los creadores de esta sofisticada crema.
El chef del hotel Ritz-Carlton de Nueva York, Louis Diat, difundió esta delicia allá por los locos años 20, que según el mismo confeso en 1.950, surgió desde un recuerdo  de las comidas de los veranos de su infancia en Montmarault, cerca de Vichy.

Una enorme simplicidad.

A los puerros cocinados con las patatas se les unía la leche fría.
Como toda comida que ha llegado al mundo mediático tiene su leyenda no exenta de controversias.
Esta receta se le atribuye al también cocinero francés Jules Gouffe en el año 1.870.


HOTEL RITZ-CARLTON. EN LAS INMEDIACIONES DE CENTRAL PARK. NY
http://weheartit.com

Sea como fuere se trata sin duda de una comida de la tradición popular de las regiones del centro y el sur de Francia, una zona enormemente fecunda en creaciones gastronómicas de gran calidad.

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Para contribuir a esta historia vamos a contar esta teoría de como la porrusalda pudo ser muy bien el origen de la sofisticada crema fría de puerros de Vichy.
Para ello nada mejor que cocinar ambas cosas según la secuencia lógica de este tránsito y que vosotros mismos podáis participar en este juego.

Los ingredientes ya están contados. Puerros y patatas.

Pero para poder llegar a apreciar el delicado sabor de esta sencilla sopa es muy conveniente seleccionar unas verduras de cierta calidad.
Utilizar un puerro cultivado de forma ecológica, que es capaz de impregnar nuestra cocina con su aroma, es imprescindible para llegar a los matices exactos de esta delicia de la cocina popular.

De la patata hemos hablado en muchas ocasiones.

El puerro es una de las verduras que forma parte del repertorio de la vieja cocina de Europa, gracias a su enorme facilidad de cultivo incluso en climas rigurosos,  junto con el nabo las coles y otras tantas hortalizas habituales en las antiguas marmitas de los hogares caseros.





Su consumo se remonta a la antigüedad, con referencias en la cocina egipcia, que como tantos otros alimentos se traslada a la cocina romana, tan acostumbrada a condimentar los platos con matices de sabor peculiares como la cebolla y el ajo.

El puerro es un pariente cercano del ajo y la cebolla, con muchas de sus propiedades, aunque algo más matizadas.
Por hacer un resumen para poder apreciar este regalo de la naturaleza destacar su contenido en agua y potasio lo que lo convierte en un eficiente diurético con todas las consecuencias beneficiosas para nuestra salud.
Su aporte de fibras naturales es un aliado para nuestro sistema digestivo.
Sin olvidar sus propiedades balsámicas y medicinales que comparte con sus parientes la cebolla y el ajo.


Delantal.





Vamos a empezar por la porrusalda.

Es importante la elección de los ingredientes procurando que sean de la mejor calidad posible, en este caso tenemos al oportunidad de disfrutar de unas hortalizas de un huerto ecológico cercano, pero en cualquier caso os sugiero utilizar unas verduras frescas de temporada.




Ya hemos estado contando que la porrusalda tiene algunas posibilidades de cocinarse con productos diversos, yo voy a contaros la que suelo hacer que es quizás una de las más sencillas pero posiblemente la que este más cercana a la receta tradicional.

Necesitamos algunos puerros
La proporción es importante, yo suelo usar dos puerros por una patata de tamaño grande, depende de vuestro criterio que predomine el sabor de esta cebolla casi silvestre es importante pero no debe ser excesivo, en todo caso debemos desechar la parte verde del tallo y utilizar solo la parte más blanca.

Para acompañar a estas hortalizas y suavizar el sabor no viene mal algo de nabo, es un sabor muy sutil que es bastante importante.

Como base de nuestra sopa usaremos una cebolla rallada o cortada fina sofrita, es un comienzo que nos va a permitir cocinar la porrusalda sin añadir caldo de pollo. 
De esta manera será un caldo completamente vegetal.


Cortamos menudo media cebolla.




Añadimos sobre un fondo abundante de aceite y dejamos cocinar a fuego bajo tapado para que  no llegue a quemarse pero resulte dorada.





Vamos cortando el puerro en trozos no demasiado pequeños, la patata y el nabo en trozos regulares.







Una vez notemos que la cebolla está en su punto, añadimos su pariente el puerro y rehogamos un tiempo para que pierda parte de su jugo, ponemos el resto de las verduras y dejamos cocinar un poco bien trabadas.

Añadimos agua hasta cubrir las verduras, no demasiada.

Dejamos cocinar a fuego medio con tapadera.





El tiempo necesario nos lo marcan las patatas que si son nuevas no deben de tardar más de unos 20 minutos.
Añadimos la sal y condimentamos con algo de pimienta  negra molida.

Un ligero reposo dará el punto final a nuestra comida.



The End.





La porrusalda debe tomarse en el momento,  aunque puede templarse para servirla.

Es una magnifica comida para los últimos días del invierno y los primeros días de la primavera, la temporada de los puerros.




Nuestra historia continua...

Las patatas son unas hortalizas difíciles de tomar con un reposo prolongado, pierden una parte de su tersura y de su sabor.

Disfrutar del delicado sabor de la porrusalda hace meditar que hacer con las sobras. 
Es aquí donde resulta fácil imaginar que añadir a estas hortalizas algo de leche da lugar a otra deliciosa comida.
Es el momento de acordarnos de esa costumbre de Auvernia que da lugar a la vichysoise.

Es posible que en el recuerdo de infancia del señor Louis Diat la leche que usaran para el tránsito de las hortalizas hacia la crema fría de puerros fuera de una calidad bastante notable, con todas sus propiedades de sabor y su materia grasa intacta.

En nuestros días quizás debiéramos pensar en añadir algo de crema y por supuesto una leche sin alterar, para no perder la esencia de esta comida.

La realidad es que nuestros tiempos han cambiado tanto como la alimentación de nuestras vacas.
Nuestra vida sedentaria puede que no haga aconsejable ese aporte excepcional de materia grasa, pero es posible no tengamos que renunciar a disfrutar de esta sopa fría si utilizamos un derivado lácteo vegetal.





Yo os aconsejo, como he hecho en otras ocasiones, un derivado lacteo a base de de soja, que se complementa a la perfección con nuestras hortalizas.

Necesitamos una procesadora.

Con la porrusalda en el recipiente trituramos y vamos añadiendo nuestra crema hasta conseguir la textura deseada.




Puede  que necesitemos algo de agua.

La vichysoise tiene que resultar algo espesa pero no demasiado.

Corregimos el aderezo de sal y pimienta.


The End.






Contrariamente a lo que ocurre con nuestra anterior preparación esta es una comida que mejora con el reposo en frio.

Es un plato de verano, una crema que debe tomarse algo fría o al menos a temperatura ambiente.

Cualquier ocasión será perfecta para disfrutar de esta sencilla delicia.
Es posible que llegue a formar parte del repertorio favorito de vuestras mesas.




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