lunes, 15 de junio de 2015

Pollo Asado Con Manzanas.






La cocina de pollos, pichones y otras volátiles se pierde en la memoria del tiempo.

Desde muy antiguo las aves de los corrales domésticos y las silvestres a tiro de cualquier cazador se andan cocinando,  dando lugar a multitud de comidas de un enorme interés.

Y aun hoy en día seguimos haciéndolo, aunque en la deriva de nuestra civilización, con la estabulación masiva de aves en grandes granjas completamente ajenas a la crianza natural hemos dejado atrás sabores y aromas que resultan difíciles de encontrar.
Podríamos decir que hablamos de comidas diferentes.

Aun así es un privilegio revisitar las antiguas recetas donde las aves son el ingrediente principal.

Estas criaturas, según parece descendientes de los dinosaurios, siempre cercanas al hombre se dejan cocinar con facilidad.
Gallinas, pollos, pavos, pichones, patos, becadas, faisanes, codornices, avestruces y demás pajarillos inocentes, han formado parte de multitud de recetarios desde la antigüedad.
La relación de las aves con las cazuelas ha sido prolija y fecunda, repartida por todo el mundo, no es difícil encontrarlas en el repertorio popular de cualquier mesa.
Incluso han llegado al Olimpo de los grandes templos de la cocina con merecido éxito.

Vamos a intentar formar parte de esta costumbre.




El pollo con manzanas es una receta muy sencilla.

Tiene claras referencias a comidas exóticas de oriente, donde las aves, en algunas ocasiones algo sórdidas de sabor, suponen una oportunidad para aprovechar multitud de especies y contrastes entre lo dulce, lo picante y lo salado.
Aunque también nos puede recordar la reconocida antigua receta de la oca guisada con peras y nabos de origen sefardí, recuperada por la cocina occitano-catalana allá por la edad media.





En esta ocasión utilizaremos un pollo de corral, conviene que este troceado para mejorar la cocción.
Como siempre comentamos intentar buscar la carne de buena calidad, un esfuerzo que merece la pena.

Necesitamos también algunas manzanas a ser posible algo dulces.

Podemos recurrir a la variedad Golden.

Si usarais una manzana más ácida, como las Granny Smith australianas, hay que corregirla con algo de azúcar.



Delantal.





Esta comida se hace en el horno, necesitamos un cacharro refractario amplio.

Troceamos el pollo y eliminamos la grasa superflua, podemos eliminar también la piel más gruesa para que resulte más saludable.
Impregnamos el pollo con algo de pimienta negra y sal.




Podéis tener alguna creatividad con las especies, desde algo de curry o algún picante, que nos traiga recuerdos de comidas indias o mejicanas, a recurrir a las especies tradicionales mediterráneas, comino, orégano, tomillo.

Pelamos las manzanas en el último momento y eliminamos las semillas.
Lo hacemos con algo de cuidado porque formaran parte del aspecto de nuestra comida. 
Las partimos en dos mitades.





Vamos calentando el horno fuerte.

Vamos colocando nuestros ingredientes en la bandeja refractaria engrasada, con cierto orden, sobre todo si la vamos a usar para servir.





Cubrimos las manzanas con un poco de aceite o mantequilla y las cubrimos con una mezcla de sal, pimienta negra molida, y un poco de canela molida.

Añadimos un vaso de vino blanco seco rociado sobre la carne.
Rectificamos los condimentos del pollo y cubrimos con aceite de oliva.

Colocamos en el horno en torno a ½ hora, dependiendo del tamaño del pollo, es conveniente comprobar si está en su punto.
Ya sabéis que mediante cualquier artilugio introducido en la carne cuando salga sin jugo significa que estamos terminando.




Hay que procurar que nuestra comida no pierda jugo, en este caso siguiendo la costumbre de los antiguos asados de La Mancha añadimos más vino.

Para rematar y que nuestra comida tenga buen aspecto añadimos una mezcla de azúcar y nuez moscada sobre el pollo y acabamos la cocción con la parte alta del horno hasta que notemos un tono dorado agradable.

Os resultara curioso que las manzanas se cuecen sin perder su forma con lo cual nos encontramos con un delicioso bocado muy sutil.


The End.






Es una comida de una vez con algún entrante previo.

Podéis añadir alguna verdura salteada y por supuesto un buen vino.

Un interesante plato lleno de contrastes que os sorprenderá.
Os servirá tanto para una cena de compromiso como para una reunión informal. 



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