jueves, 19 de febrero de 2015

Bolitas De Calabacín.





La elaboración de las verduras en nuestras cocinas tiene múltiples posibilidades, tantas como  ventajas para nuestra salud.

El más que recomendable consumo de los productos verdes, con todo el aporte de vitaminas, minerales, algunas proteínas y ausencia de otros elementos poco adecuados a nuestra vida sedentaria, pero tropieza con la enorme versatilidad de los hidratos de carbono, azucares y grasas para cautivar a nuestro paladar y satisfacer plenamente nuestro apetito.

Ya hemos estado hablando en este blog del interesante sentido del quinto sabor  denominado umami descubierto a principios del siglo XIX en Japón, una sutil definición asociada al enorme placer de saborear la comida, un instante que acompaña a los alimentos y sus condimentos  para llegar a apreciar lo verdaderamente sabroso.

Cualquier preparación que nos ayude a obtener las mejores propiedades de los vegetales es siempre bienvenida en nuestra alimentación cotidiana.

Vamos a intentarlo con los calabacines.






Ya hemos estado anunciando en este blog que esta hortaliza será frecuente en nuestras recetas.
Es posiblemente una de las verduras más común y versátil en multitud de comidas repartidas por prácticamente todo el mundo.
Hoy en día el cultivo y consumo del calabacín esta efectivamente plenamente extendido por muchos países.

Esta es una receta de una enorme simplicidad lo que no debe llevarnos a pensar que no sea realmente deliciosa y que seguro repetiremos muchas veces.

Se trata en definitiva de una comida de acompañamiento que se lleva a la perfección con otras muchas, tantas como vuestra imaginación os sugieran.


Delantal.





Vamos a utilizar un calabacín común, conviene que no esté demasiado madura para que no contenga muchas semillas.
Lo lavamos y partimos longitudinalmente.




Ahora vamos a necesitar un artilugio, un pequeño aparato insignificante que con la simple fuerza motriz de nuestra mano es capaz de extraer la pulpa con una forma esférica perfecta de un tamaño regular.
No requiere demasiad técnica y este pequeño esfuerzo merece la pena.

Una vez hayamos vaciado bien nuestras verduras las reservamos con un poco de sal.





Usaremos una sartén amplia donde pondremos un poco de aceite y mantequilla a fuego moderado.

Añadimos las bolitas del calabacín e iremos cocinando con algo de atención procurando que estén bien selladas por todas partes, nos ayudamos de una pala de madera para no estropear la forma esférica.




Iremos notando que el calabacín va tomando un tono dorado lo que nos indica que esta cocinado por fuera y empieza a cocerse en su interior.




Debemos utilizar un fuego algo fuerte para sellar bien el exterior con al precaución de que no llegue a quemarse.



Añadimos algo de pimienta negra molida y ajustamos la sal.

Respecto a las especies podemos tener también algo de creatividad, según la comida a la que penséis acompañar.
Comino, pimentón, jengibre, azúcar…


The End








Este sencillo plato nos servirá para acompañar a otras muchas comidas desde pescados, carnes, pasta, huevos, incluso a alguna otra verdura.


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