lunes, 17 de febrero de 2014

Cebolla Semidulce.




Esta es una comida capaz de acompañar a la perfección a otras.

Es el mejor aliado de huevos, entrantes, empanadas, pescados y todo tipo de carnes.
Prácticamente todo lo que se os ocurra.

Es además una comida bastante sana. Su ingrediente principal, las cebollas, es una de las hortalizas más saludables que podemos consumir.

Un humilde alimento, fácil de cultivar y lleno de prodigios para nuestra alimentación, que debe estar presente en nuestra dieta de forma cotidiana.


Es un potente desinfectante, corrector del ácido úrico, recomendada para tratamientos antirreumáticos y fijaciones de calcio, beneficiosa para el sistema cardiovascular, a parte de sus numerosas vitaminas y minerales como el fosforo y silicio.




Aunque es originaria de Asia Central se la conoce en Europa desde tiempos antiguos, se sabe que sus propiedades energéticas, junto con su pariente, el ajo, eran aprovechadas por los gladiadores romanos, que preparaban un brebaje con estos ingredientes y aceite de oliva.
También se cocinaba con ella en Grecia y en el Antiguo Egipto.


Esta comida es bastante simple no necesita una elaboración complicada, aunque requiere algo de tiempo y paciencia.

Delantal.



Empezamos por elegir unas cebollas de tipo común frescas, conviene que sea una cantidad abundante, las partimos en gajos de tamaño regular.




Ya sabréis los que cocináis que al trocear la cebolla emite una sustancia irritante, lo que puede que algunos no sepáis que es un mecanismo de autodefensa de esta planta ante los depredadores seducidos por su atractivo bulbo.

Necesitaremos también algunas pasas que pondremos en agua para hidratarlas.

En Una sartén amplia con tapadera, cubrimos con un fondo de aceite y ponemos a calentar a fuego moderado. Añadimos la cebolla y removemos con delicadeza, añadimos algo de sal y pimienta negra molida, dejamos a fuego moderado tapado. Debemos remover de vez en cuando.




Iremos notando como la cebolla va reblandeciéndose y cambiando de color, volviéndose algo dorada al ir cocinándose en su jugo.

Hacia media cocción añadimos las pasas escurridas y algo de vino seco, podemos usar un oloroso, incluso algún amontillado. 




En algunas ocasiones según la comida que acompañéis, se puede utilizar un vino tinto, en este caso os recomiendo añadir un poco de azúcar o incluso miel.

Dejamos terminar la cocción.



The End.

NUESTRA CEBOLLA ACOMPAÑA A UN SOLOMILLO IBÉRICO CON
HABICHUELAS , ZANAHORIAS Y CHAMPIÑONES.




El resultado es un atractiva y sabrosa comida que será capaz de alegrar y matizar sabores de muchas otras.



No hay comentarios:

Publicar un comentario