viernes, 27 de septiembre de 2013

Unos Huevos Revueltos




Esta comida es mucho más que un clásico, es la forma de comer actual.

Cualquiera puede cocinar unos huevos revueltos, es el paso previo a una tortilla, que es algo más elaborado.

Es quizás uno de los juguetes gastronómicos más versátil, con multitud de combinaciones, Y con pocas posibilidades de cometer errores.


Desde los magistrales de patatas, de tomate y de otras verduras. Los de carnes. La morcilla y otras viandas como el jamón. Los de pescado como salmón o atún. Los de queso…
Incluso los he tomado ligeramente dulces acompañando a un foie.



Pero hoy voy a hablaros de uno que me sorprendió bastante por su simplicidad. Aunque la memoria puede traicionarme, creo recordar que lo probé en algún lugar de la Sierra de Segura, en la provincia andaluza de Jaén.
Recuerdo además que lo vi cocinar ante mis propios ojos, con una de esas sartenes antiguas de hierro que saben cocinar solas.
Tuve un recuerdo para las cocinas de las antiguas mêres francesas de Lyon y sus afamadas tortillas.


http://www.lyon-hotels.net/


Os desvelo en que consiste este sencillo plato.


Delantal



Unos huevos, que sean frescos y buenos.

Para que el revuelto resulte bien cuajado el único truco es que la cantidad de huevo sea abundante.

En la actualidad el huevo ha dejado de ser el alimento por excelencia, debido a la abundancia de colesterol en la yema, aun así, es conveniente tomarlo de forma habitual en nuestra dieta.

Unos ajos, y algo de pan algo duro, cortado en cuadrados pequeños.


En la elaboración de los revueltos hay dos teorías bastante contrapuestas.

Una de ellas constituye la forma de cocina tradicional. Consiste en usar una buena cantidad de aceite y un fuego muy vivo para que el huevo apenas batido, se emulsione bien y aumente su volumen. Con el mismo tenedor lo vamos subiendo en la propia sartén.

La otra, más cercana a las antiguas formas de preparar los huevos francesas, heredadas de las antiguas recetas bizantinas, donde el huevo se cuece a fuego lento normalmente con algo de grasa.

Incluso hay zonas de Francia donde se cuecen muy lentamente al baño maría.


Elegir vosotros mismos. 
En mi opinión la primera forma es más adecuada para estos ingredientes.

Sartén con fondo de aceite abundante bastante caliente.



Se sofríe el pan, añadimos los ajos cortados en laminas longitudinales. 
Este corte es importante por el sabor que le da al ajo. 
Cuando empiece a dorarse, no debe tostarse mucho, añadimos los huevos apenas batidos, sin que se mezclen demasiado sus dos componentes.



Muy pendientes de ir moviendo con cuidado, elegir el punto exacto que más os guste, corregimos de sal.


The End.



Podemos añadir un poco de perejil.





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