domingo, 12 de mayo de 2013

Recibir En Casa



En nuestros días no es común tener un gran servicio.
La época de las grandes casas, con toda su infraestructura, sus complicados engranajes internos. Puertas traseras, escaleras ocultas, y múltiples espacios dedicados al costoso servicio y funcionamiento de las mismas ha pasado.
Es precisamente el siglo XVIII, en Inglaterra donde encontramos los ejemplos más significativas de este sistema de vida.
Se trataba de auténticas casas dobles, con una compleja tramoya, donde existía todo un mundo paralelo, oculto, que permitía la vida  se hiciera de forma confortable en las zonas principales de la casa.


El uso de esta tipología de la forma de vida en la gran casa crea una serie de invariables que se trasladan a otras viviendas, hasta llegar a las casas de la burguesía y a las casas de ciudad.

EJEMPLO DE VIVIENDA DE LA ALTA
BURGUESÍA DE PRINCIPIOS DEL
S.XIX EN EL TOWN DE LONDRES.
© THE OFFICE OF THIERRY W. DESPONT. 1.990




PLANTA PRINCIPAL
SE HAN SOMBREADO LAS ZONAS
DESTINADAS AL SERVICIO
© THE OFFICE OF THIERRY W. DESPONT. 1.990
PUEDE OBSERVARSE LA DUPLICIDAD
DE ESCALERA Y ASCENSOR QUE SE
REPITEN ENTODAS LAS PLANTAS.
© THE OFFICE OF THIERRY W. DESPONT. 1.990





Incluso hoy en día podemos encontrar vestigios de estas estructuras en muchas de nuestras casas, incluidas las viviendas sencillas.
El simple hecho de contar con una zona de lavado independiente de la cocina constituye de alguna forma un cierto refinamiento, herencia de una lógica practica higiénica.
Nuestros trasteros cerca del garaje son los descendientes de la época de los carruajes y caballerías.



ESQUEMA ATROFIADO DE LAS DISTINTAS PARTES DE LAS
ZONAS DE SERVICIO PARA VIVIENDAS DE CLASE MEDIA.

DEL CONOCIDO MANUAL DE ARQUITECTURA NEUFERT. GUSTAVO GILI. BCN-1979



La decadencia de las grandes casas decimonónicas, debido a los profundos cambios sociales que propiciaron el asentamiento de la clase burguesa, dieron lugar al auge de  una nueva forma de vida y de relaciones. 

Los hoteles.


Todo el costoso modelo de confort y bienestar del que disfrutaban estas casas pasa a formar parte de esta nueva tipología. Compartiendo una infraestructura y un servicio, que permitía una forma de vida confortable, practica y más asequible.



EMBLEMATICO GRAND HOTEL PUPP.
CARLOVY VARY. REPUBLICA CHECA

Sin duda uno de los triunfos de la burguesía.

Las propias relaciones en estos lugares públicos garantizaron la consolidación de este sistema social.

Hasta no hace mucho tiempo se asociaba la forma de vida de un hotel a estatus de lujo y comodidad, de alguna manera lo mismo que se disfrutaba en las antiguas casas solariegas. 






MESA FORMAL EN LA VILLA MAR-A-LAGO. PLAM BEACH. FLORIDA. CON EL MENAJE 
ORIGINAL DE LA PROPIETARIA. LA SEÑORA MARJORIE MERRIWEATHER POST.
ACTUALMENTE ES UN CLUB SOCIAL PROPIEDAD DEL MAGNATE DONALD TRUMP.


- - - - - - - - - - - - - - - - - - -  -



Volviendo a nuestro entorno cotidiano.

Organizar una comida en casa está sujeto a una serie de reglas bastante sencillas.


En principio el objeto de nuestra comida, y quienes son nuestros invitados.

Comidas de protocolo y de agasajo.
Recibir a futuros parientes políticos. Comidas familiares de obligación, como la Navidad, o voluntarias.
Comidas para seducir, en asuntos de negocios, o para temas mas mundanos.

Todo el espectro de posibilidades y combinaciones que pueden surgir.

No es lo mismo contar con un amigo entrañable, a tener que recibir a un extraño por primera vez.
Creo que como siempre ante todo la naturalidad.


 
Esto nos lleva a un segundo punto importante, la comida.
Que vamos a cocinar.
O a comer.

Un buen diario es agradable, yo valoro mucho, cuando me invitan, la naturalidad de ser recibido con las costumbres cotidianas de la casa, sin extras. Es una interesante muestra de afecto basada en la confianza.

Supone además descuidar un poco nuestra indumentaria, y vestir ropa mas informal.


Pero Normalmente en nuestras invitaciones nos esmeramos, en ocasiones bastante.
Es una forma social consolidada ofrecer la mejor comida, el mejor vino, usamos el mejor menaje, buscamos la música adecuada.
Es también a ocasión de engalanar nuestra casa, flores, velas en las cenas, aromas agradables, chimeneas encendidas.

Es algo a tener en cuenta, sobre todo cuando los correctos anfitriones no dan importancia a su esfuerzo, que en algunas ocasiones incluye peleas y preparaciones fallidas tiradas al cubo.

Aún hoy en día, las viejas formas de vida, heredadas de las costumbres de la burguesía y la aristocracia, suponen un cierto prestigio social.


Y esto incluye una buena comida y todo lo que la rodea.



Esto nos da pie a comentar algunos aspectos que considero importantes. 

Siempre debemos estar atentos a nuestra indumentaria.

Aunque se han dejado atrás, por simplificación, las costumbres estrictas del esmoquin en las cenas y un buen traje en los almuerzos, no cuesta nada saber cual es la costumbre del lugar, e intentar adaptarse a la ocasión y estar a la altura de las circunstancias. 
El hecho de preguntarlo de forma sutil, es mas una deferencia por nuestra parte, que una muestra de ignorancia o de torpeza. 



ANIMADO PARTY  EN LOS 50'




Es evidente que los protocolos se han relajado y se tiende de manera generalizada a la informalidad.
Aún recuerdo que en cierta ocasión fui convocado a un almuerzo en una casa bastante importante. Era un época de calor y en la invitación se exigía rigurosa informalidad.


Los regalitos de cortesía creo que siempre se agradecen, atención a los perecederos, podemos descompensar el menú.
Especialmente el vino si nuestros anfitriones se han esforzado en la comida deben estar perfectamente elegidos y forman parte de la misma.
A mi me parece mejor preguntar antes, creo además, que establecer esta confianza crea un  ambiente de naturalidad agradable.

Hay soluciones neutras, y múltiples comodines. (bombones, algún licor, velas, artilugios de cocina... Las flores, me parecen siempre un acierto elegante).
Cuando nos toque ser el anfitrión, hay que dedicar un tiempo a agradecer el obsequio, abrirlo al principio, es imperdonable que se nos olvide.



Pero volviendo a nuestro tema fundamental.

Es exactamente igual de apreciable la comida elaborada en casa, como la que se pueda encargar fuera. En realidad no todo el mundo tiene la capacidad de organizar una buena comida, para muchas personas que son brillantes en muchos aspectos de su vida, supone un verdadero esfuerzo.

En el apartado de ese blog de la abundancia en la mesa, hablamos de la comida en este sentido.



Por último, donde comemos.

Nuestra casa, en que sitio de la casa, donde recibimos, donde comemos y donde disfrutamos de la sobremesa y la posibilidad de relaciones propiciadas tras la agradable experiencia de una buena comida.
Pienso que un invitado elocuente, agradable y simpático es sin duda el complemento perfecto a una buena comida.


Actualmente no es común tener un gran servicio, ni siquiera personas internas. 


Es una cuestión práctica, no solo económica, hoy en día tenemos a nuestro alcance una gran variedad de servicios externos de gran calidad que nos permiten disfrutar de bastantes comodidades de una forma asequible.
Lavanderías. Reparto a domicilio del avituallamiento de la casa, incluida nuestra carnicería preferida. Asistentas del hogar por horas.

Esto incluye la posibilidad de contratar un servicio de comida y camareros para nuestra cena.

Hay multitud de alternativas, desde empresas especializada a sencillas organizaciones domesticas que son capaces de elaborar una magnifica comida, y proporcionarnos algún eficiente camarero.
Suele aparecer por nuestra puerta una persona joven vestida con ropa deportiva y una bolsa. Nos pide ver nuestra cocina. En un instante se transforma y aparece impecablemente vestido, monta nuestra mesa, organiza y sirve nuestra cena, atiende nuestro bar, y cuando se marcha lo deja todo perfectamente recogido y en orden.

Una especie de moderna hada madrina.


Si en nuestra casa tenemos habitualmente personas contratadas a nuestro servicio nos permite organizar una comida con más facilidad.

Pero no es lo habitual, ni siquiera en casas de cierto nivel económico. Suele haber un matrimonio que se reparte las tareas habituales. 
Mayordomo, mozo de comedor, lacayo, mecánico, jardinero... En el caso del hombre. 
Y la mujer, gobernanta, doncella, cocinera,  asistenta, costurera...

En realidad, salvo el hecho de que nuestro ayudante se transforme en mozo de comedor, y lo podamos utilizar para servir nuestra mesa. Con las limitaciones del número de 8 invitados, en todo caso 10. Debe además haber también alguien en la cocina, que puede servir eventualmente de apoyo al comedor, ayudando a servir las salsas y guarniciones.
El resto de costumbres se pueden mantener.

De hecho considero que nuestro evento domestico debe acercarse todo lo posible de alguna forma a la costumbre tradicional de atender a nuestros invitados.



Puede que nos apetezca tener más gente en casa y aprovechar la ocasión para relacionar a nuestros amigos.
La habilidad de entrelazar invitados dispares y con interés es un arte que considero al mismo nivel que organizar una buena comida.

En estos casos yo aconsejo organizar la comida en un bufé. Y utilizar la ayuda que podamos tener para mantener fuera del alcance de nuestra vista el menaje ya utilizado.

Habréis oído hablar del termino brunch. En realidad es lo mismo, solo que referido a un almuerzo-tente-en-pie de media mañana. 
Se trata de reuniones de empresa que ha traspasado el ámbito del desayuno de trabajo y han llegado a nuestras casas, como una forma de relacionarnos algo mas cómoda e informal. 


UN BUFÉ EN SU APOGEO




Considero que organizar una comida servida con bastantes comensales puede resultar un fracaso si no disponemos de un servicio suficiente.
Pero existen algunas indulgencias derivadas como siempre de la estricta naturalidad.

Recuerdo haber asistido en una ocasión a una magnifica cena en una casa de campo en la isla de Mallorca, donde los felices comensales superábamos la capacidad del servicio habitual de la casa, entonces los hijos de los propios anfitriones se levantaron de la mesa y ayudaron como refuerzo.
En alguna que otra ocasión en casa de buenos amigos, yo mismo, me he ocupado de ayudar a servir el vino, poniendo en evidencia mi torpeza como camarero.



Las reglas son siempre las mismas, tanto para anfitriones como invitados, cualquier paso encaminado a hacer agradable nuestra comida por ambas partes es un ejemplo de amabilidad.
¡Como se agradece en nuestras comidas que una buena amig@ nos ayude a atender a nuestros invitados.!


Hablando del sitio de nuestra casa adecuado. Normalmente si la comida necesita alguna preparación, es normal recibir en un sitio distinto al lugar donde comeremos.
Ya no es habitual que tengamos comedores, nuestra comida puede discurrir en cualquier habitación agradable, un porche, un salón, incluso un estudio.
Y por supuesto en la cocina.


Una correcta relación de los tres factores. La ocasiónla comida y dónde celebrarla, puede suponer acierto completo en nuestro acontecimiento doméstico.

Desde una cena formal en un comedor, pasando por un bufé agradable en cualquier espacio confortable, a un almuerzo informal familiar en la propia cocina.

Organizar para nuestros amigos una comida sencilla no significa  que no pueda ser sofisticada.

Es una ocasión para retomar las costumbres antiguas de las Cenas Galantes.

ALMUERZO INFORMAL EN UN RINCÓN DEL SALÓN EN CASA
DEL MODISTO HUMBERT DE GIVENCHY. EN PARÍS.
THE FINEST HOUSES OF PARIS. VENDOME PRESS-2.000. NY





Los aperitivos.
Ya hemos hablado de la importancia de los aperitivos, en el apartado de la abundancia en la mesa.

Solo añadir que en nuestras reuniones, especialmente las cenas, no debemos descuidar el bar, es uno de los componentes del éxito.
Tener las bebidas preferidas de nuestros invitados y no dejar que las copas estén vacías demasiado tiempo.
Ya sabéis que una adecuada elección de las bebidas ayuda a la fluidez de las relaciones, sobre todo logra una cierta desinhibición de los tímidos patológicos

Es muy conocida la regla social que dice que el invitado sorpresa es el que tiene que resultar más divertido.
Reconozco que entre mis muchos defectos se cuenta la timidez, y por propia experiencia puedo constatar que algún que otro Dry Martini me ha ayudado mucho a cumplir esta obligación social.


http://www.thecoctelera.com



La comida.
Si tenemos comedor es la ocasión de utilizarlo, tanto sentados, como el lugar adecuado para disponer nuestro bufé.
Creo que la elección de la comida es muy importante, no necesariamente tenemos que elaborar grandes recetas sofisticadas. 

Un vino correcto unos buenos quesos y algún postre agradable podían ser suficientes. También  una comida fría a base de fiambres y algún pre-cocinado de calidad.

Una comida servida en un comedor debe ser más conspicua por los problemas de logística que plantea.
Un entrante, y un plato central con algunos acompañamientos y algunos postres son correctos.

Una comida en bufe nos permite diversificar más, podemos utilizar varios platos y sus correspondientes acompañamientos y múltiples combinaciones.
Distintos tipos de carnes y pescados, los acompañamientos. No olvidar verduras y ensaladas.
Podemos usar comidas frías y calientes ayudados por un practico rechaud, que no solo nos ayuda a mantener la temperatura templada de nuestra comida, también aporta algo de encanto.

Es también una ocasión para sacar nuestro mejor menaje,

ELEGANTE DISPOSICION DE UN BUFE PARA UN ALMUERZO EN
AMSTERDAM, EN CASA DELDISEÑADOR FRED DE LA BRETONIÉRE.
CRISTALERIA DE BACCARAT Y MENAJE MALBOROUGH


En el caso de organizar bufé en una casa, creo que resulta más agradable que los propios invitados, y en todo caso los anfitriones o los amigos de confianza, sirvan la comida.
La única regla que me parece importante es que alguien debe siempre retirar el menaje discretamente a algún lugar no visible. 



Si tenemos una casa amplia un bufé nos permite invitar a un buen número de amigos de forma cómoda.

Puede resultar agradable que la gente pueda deambular por nuestra casa y nuestros espacios, sentarse en nuestra butaca preferida, curiosear nuestros retratos familiares, nuestra biblioteca y confraternizar con nuestras mascotas.
Es sin duda una forma de hospitalidad agradable.

También podemos organizar algunas mesas distribuidas por la casa. Salones, cuartos de estar, porches o invernaderos.
No hablemos si disponemos de un jardín.



Os vuelvo a recordar. No olvidéis el bar.



IMPECABLE BAR SIEMPRE DISPUESTO EN LA BIBLIOTECA-ESTAR
DE LA CASA DE CAMPO DE LOS DUQUES DE DEVONSHIRE
THE WORLD OF INTERIORS. OCTUBRE 2001.








Si tenemos confianza con nuestros anfitriones, ocuparnos del bar es una forma de ser un invitado ejemplar, seguro que os invitan más veces.
Y algo de música para marcar el ritmo de nuestra comida.




La sobremesa.


Llegados a este punto nuestra reunión debe ser ya un éxito. Es el tiempo de la tertulia más profunda, de elegir los invitados con los que haya más complicidad.

Todo esto acompañado por café, algo de chocolate y algún licor.
Y sin restos de la comida, con la indulgencia de algún vino que se quiera apurar.



Creo que la sobremesa debe realizarse siempre levantado de la mesa. No solo dejamos atrás los restos de nuestra comida, también facilitamos su discreta recogida.

Además podemos liberarnos de un comensal cercano, con el que la afinidad no sea completa.
Es un alivio que en muchos casos suele ser reciproco.






Ahora el bar sigue con los combinados. Y la música puede entrar en ritmos más atrevidos.

Ya sabréis por experiencia que esta es la fase de consolidación de nuestra comida.
Es cuando podemos conseguir el propósito de nuestra convocatoria, y donde es posible encontrar amigos para siempre.


Si después de todo esto, nuestra comida sigue estamos en otra cosa.

Entonces es una fiesta.




FOTOGRAMA DE EL GUATEQUE.
(THE PARTY)  BLAKE EDURADS-1.968
WARNER BROS. PICTURES 




No hay comentarios:

Publicar un comentario