lunes, 11 de marzo de 2013

LAS "ABURRIDAS" COMIDAS DE CAMPO. Introducción.





El porqué de este título.






Hoy os voy a hablar de una amiga de Barcelona gran aficionada a comer y a cocinar, y de la que he aprendido mucho del sentido de la comida.


Isabel I. vivió una parte importante de su vida en el campo, concretamente en la sierra cordobesa de Hornachuelos.
Pero cuando digo en el campo, es en el campo. Es decir en mitad de la sierra, en una bonita y acogedora casa, con su marido sus hijas y sus perros.



Mi relación con esta casa y sus habitantes iba un poco más allá del amigo invitado. Éramos, y somos, una especie de familia de hecho.

Durante los años que mi amiga vivió en ese maravilloso entorno, tuvo tiempo de desarrollar una evolución de su cocina hasta hacerla muy sofisticada.

Eran sorprendentes los menús perfectamente pensados y elaborados. Cada comida estaba deliberadamente seleccionada desde los aperitivos, la mesa y los postres. Todo ello dentro de la mayor naturalidad.

Cuando yo me sorprendía y alababa los deliciosos platos con que solía agasajarnos. Siempre me decía;

…Es que me aburren las comidas de campo.

Desde luego sabia cocinar y apreciar perfectamente las comidas de campo, simplemente había evolucionado un paso más.

Era capaz de jugar a la perfección con todas las recetas tradicionales, tanto de la gastronomía andaluza, como de la catalana.
Era en definitiva, su forma de colonizar el maravilloso entorno que era su casa.

Hablaremos más de una vez de Isabel y de algunas de sus deliciosas terapias gastronómicas.
Recuerdo los bastoncitos suizos de queso y un pollo con mostaza.

Su hija ha heredado su intuición y buen gusto para cocinar. Y para comer.
 
 
 
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