lunes, 11 de marzo de 2013

LA SENCILLEZ SOFISTICADA





Quien diría que hay algo más apetecible que un huevo frito, Es una comida popular, una comida de venta.


Cuando contemplamos el magnífico cuadro de la vieja friendo huevos de Velázquez, nos damos cuenta de que es un plato profundamente español, un plato nacional.







Tiene su arte, hay que saber freírlos bien, La sartén adecuada, la temperatura y cantidad de aceite correctas, el huevo en su punto, el tiempo de freírlo, ni crudo, ni pasado, con la yema en su textura exacta y la clara bien blanca y cuajada.


Yo reconozco no saber freírlos bien, admiro mucho un huevo bien frito.


Hoy voy a contaros una forma de engalanar nuestros huevos fritos y a la vez facilitar su ejecución.


Se trata de freírlos dentro de una rodaja de pimiento rojo, nada más sencillo.


Tiene poca explicación.


Delantal.



Un buen aceite de oliva, unos huevos, los mejores que podamos encontrar, y un pimiento rojo. Y algo de sal.


Freír la rodaja de pimientos en aceite, y cuando está casi frita, añadir el huevo dentro y terminar de freír ambas cosas.


La sal al final para que no salte con el aceite.


The End.







Si vamos a freír varios, cosa que puede ser muy corriente, os aconsejo tener fritas de antemano las rodajas de pimiento, e ir echándolas al aceite de nuevo con los huevos.



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